Cuando Paco le dijo a sus amigos que podía moverse a 107 000 km/h, les causó gracia y lo miraron con lástima porque ya sabían que Paco no las tenía fácil en su vida. Era un niño abandonado por su padre, su madre trabajaba en otra ciudad y su anciana abuela lo criaba hasta donde le permitía su carga de años; de modo que Paco había desarrollado una poderosa imaginación que en muchas oportunidades le ayudaba a lidiar con su penosa soledad.
En la mente de Carlitos y Chukique todavía estaba la ocasión en la que Paco les juró por lo más sagrado que su abuela había inventado la penicilina, o cuando les dijo que su difunto abuelo había construido un gigantesco galeón español en la sala de su casa y luego tuvo que sacarlo por el techo. También la semana pasada Paco había sido muy convincente y sus amigos fueron hasta su casa para conocer a su tío Edson Arantes do Nascimento que había llegado desde Brasil a visitar a su abuela y lo único que consiguieron fue un balde de agua helada que les lanzó la anciana cuando le dijeron que querían conocer a su hijo Pelé.
Aunque en esta ocasión Paco juró que decía la verdad por la memoria de su difunto abuelo, los muchachos no le creyeron, Carlitos dijo:
—Paco, no seas embustero. Mi papá maneja la patrulla de
la policía y me dijo que lo más rápido que ha corrido es a 200 km/h, y esa
patrulla está nuevecita.
—Yo supero esa velocidad —contestó—. Déjenme demostrárselos. El sábado los espero frente a la casa de mi abuela y les apuesto una bolsa de canicas a que digo la verdad.
Paco era un niño
rechoncho, con muy pocas o ninguna habilidad deportiva; por esa razón sus amigos
sabían que ganarían esa apuesta.
—¿Qué tal si tiene un coche de Fórmula 1? —dijo Carlitos.
Tampoco podía ser, porque el récord actual de Fórmula 1 es de 378 km/h, alcanzado en el año 2006 por el piloto finlandés Vallteri Bottas durante un entrenamiento clasificatorio del Gran Premio de Europa de Bakú, a los mandos de un vehículo de la Williams, y eso está muy por debajo de la aspiración de Paco.
—Para mí que puede estar pensando en un tren —comentó Chukique.
Sin embargo, los trenes balas viajan a 320 km/h, y el
Maglev (vehículo superconductor de levitación magnética), es un tren japonés
que alcanzó el récord de 603.5 km/h, en un viaje de prueba, el año 2015. Eso no
es suficiente.
—¡Ya sé! Seguro está pensando usar un avión supersónico —gritó Carlitos.
Los aviones supersónicos con motor de reacción y cabina
presurizada logran velocidades superiores a la del sonido. Utilizando un X15
norteamericano, Paco pudiera alcanzar una velocidad de 8 277,98 km/h, más de
seis veces la velocidad del sonido (Mach 6.70). Si utiliza un Lockheed SR 71
lograría 3 529,56 km/h, que fue el récord de velocidad absoluta de este avión
en 1976. Con otros aviones como Lockheed YF-12, el Mikoyan MiG-25, soviético, o
el Bell-2, tampoco lograría alcanzar la velocidad de 107 000 km/h. Además,
difícilmente Paco tendría un avión supersónico, y si así fuera tampoco le
serviría para su propósito, de modo que esas canicas seguro las ganaban.
Eran las 9 de la mañana del sábado, Chukique y Carlitos esperaban en la acera, bajo la sombra de la ceiba que estaba frente a la casa de la abuela. A los 10 minutos salió Paco con un libro grande de color azul bajo su brazo y se acercó a sus amigos.
—Bueno, Paco, llegó el día. A ver cómo es que vas a
moverte a más de 107 000 km/h —dijo Chukique.
—¿Y tu bolsa de canicas? —preguntó Carlitos—. Aquí está
la de nosotros, por si perdemos la apuesta.
—La mía está dentro de la casa; pero de eso hablamos
después. Ahora vamos a lo nuestro. Yo les voy a demostrar que puedo moverme a
107 000 km/h y más, y ya con eso ganó la apuesta; pero quiero decirles otra
cosa que no está dentro de la apuesta, y es que ustedes también se mueven a esa
velocidad.
—¡¿Cómo así?! —exclamaron los niños.
—Vengan y les explico.
Todos se sentaron en la acera y Paco abrió su gran libro azul. Era una hermosa enciclopedia de tapa dura, con ilustraciones fascinantes en papel satinado. La primera imagen que apreciaron fue la de nuestro planeta Tierra, sostenido sobre la nada inmensa del universo. Una encantadora esfera azul, pincelada por la naturaleza con su mezcla de verdes, ocres y marrones en los continentes y un puntillismo de blancos que denotan los gases de la atmósfera y el hielo polar.
—Esta es nuestra nave supersónica —dijo Paco—. Y no necesitamos cabina presurizada. Veamos:
La Tierra tiene alrededor de 9 movimientos que son: rotación, traslación, precesión de los equinoccios, nutación, bamboleo de Chandler, precesión del perihelio, órbita galáctica, órbita a través del grupo local y movimiento por el universo. Sin embargo, les voy a señalar sólo los que se refieren a su alta velocidad.
En el movimiento de
rotación la Tierra gira sobre su propio eje en sentido contrario a las agujas
del reloj, a una velocidad de 1674 km/h, en el ecuador. Esta velocidad
disminuye en la medida que se acerca a los polos. El movimiento de rotación fue el que
hizo pensar a los astrónomos de la antigüedad que el universo giraba alrededor
de la Tierra, cuando era todo lo contrario. No sentimos el movimiento porque se
hace constantemente y porque nos movemos a la misma velocidad con la Tierra. Si
la velocidad del movimiento no fuera constante, lo sentiríamos debido a la inercia.
Además, nuestro oído interno, encargado de detectar los giros que realizamos
tiene un umbral de percepción de 2 grados por segundo, y el planeta apenas
cubre 15 grados del giro cada hora, o lo que es lo mismo, 0,004 grados por
segundo, muy por debajo del umbral de nuestro oído interno para percibirlo.
Todos, personas, objetos, clima nos movemos constantemente junto con el planeta. En el universo como todo está en movimiento, siempre tenemos que calcular la velocidad con respecto a otra cosa. Ejemplo, si viajamos en un avión comercial nos movemos a 900 km/h respecto al suelo, pero el avión también se mueve junto con la tierra a 1670 km/h respecto al eje terrestre, si está en el ecuador; y a 107 280 km/h respecto al Sol, esto último se refiere a la traslación.
En el movimiento de
traslación la Tierra se mueve alrededor del Sol, describiendo una órbita elíptica, en sentido anti-horario a una velocidad media de 107 227 km/h, o 107 280 km/h en el plano de la eclíptica (por ser la órbita elíptica y no circular, la
velocidad no es constante, oscila entre 109 080 km/h de velocidad máxima en el
perihelio y 105 480 km/h de velocidad mínima en el afelio).
Finalmente, la Tierra, junto
al Sol y todo el sistema solar, se mueve dentro de la Vía Láctea a una velocidad
media de 792 000 km/h. ¡Impresionante!
De tal modo que Aquiles y
la tortuga si se movían a igual velocidad con respecto al eje de la Tierra y a las
órbitas solar y galáctica. En este contexto, la tortuga no perdió la carrera,
pero Paco si ganó su bolsa de canicas.
Afelio: Punto más alejado del Sol en la órbita de un planeta del sistema solar.
CONTRASTE DE VELOCIDADES |
|
Usain Bolt |
45 km/h |
Coche de Fórmula 1 |
378 km/h |
Tren Maglev (vehículo
superconductor de levitación magnética |
603.5 km/h |
Avión supersónico X15 |
8 277,98 km/h |
Velocidad de Rotación de la tierra
en el ecuador |
1 670 km/h |
Velocidad media de traslación de
la tierra alrededor del Sol |
107 227 km/h |
Velocidad de la órbita galáctica |
792 000 km/h. |
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