Ticker

6/recent/ticker-posts

🎼🎻NICCOLO' PAGANINI, EL VIOLINISTA "QUE PACTÓ CON EL DIABLO" 🎼

 



El 27 de mayo de 1840, al norte de Italia, en la ciudad de Niza, al obispo de la ciudad le habían hecho un petitorio que no tardó en rechazar. Se trataba de una solicitud para enterrar a Niccolo’ Paganini, quien había fallecido ese día. El obispo afirmó tajante: “se trata de una persona que ha mantenido contacto con el diablo”.

Paganini nació en la ciudad de Génova el 27 de octubre de 1782. Su padre, un funcionario portuario aficionado del violín, educó con extrema rigidez a su pequeño, a quien obligaba a practicar el violín desde tempranas horas de la mañana hasta el anochecer bajo la amenaza de restringirle la comida. A los siete años de edad Paganini ya era un virtuoso del violín con una destreza tal que no se ha vuelto a repetir en la historia.

Los duros tratos del padre eran compensados por el cariño de su madre, la que aseguraba al niño que él llegaría a ser un gran violinista reconocido en todo el mundo, como le había dicho un ángel en su sueño.

A los nueve años Paganini hizo su primera y espectacular aparición pública. En su adolescencia realizó una gira por varias ciudades de Lombardía, y a sus veinte años dejó atónito al público y a músicos de la época con sus alucinantes conciertos donde sólo usaba dos cuerdas del violín: la SOL y la MI. Lo más sorprendente fue que llegó a ejecutar piezas de gran dificultad con una sola cuerda. En esa época también compuso más de veinte piezas en las que combinaba el violín con la guitarra.

El extremo de su virtuosismo se manifestó cuando la princesa de Lucca, María Anna Elisa Bacciocchi, hermana de Napoleón Bonaparte, le pidió que escribiera una partitura de una sola cuerda, la cual el violinista presentó en palacio dejando a todos extasiados y sin palabras.




Sus giras por toda Europa le granjearon enorme fama, galardones y premios donde se presentaba, y sobre todo una gran admiración por un talento tal que nadie podía explicar.

En medio de su fama comenzaron a surgir las habladurías sobre el origen de su alucinante virtuosismo. En los corrillos se decía que la cuerda que había utilizado en el concierto para la princesa de Lucca la había confeccionado con la tripa de una mujer que el propio Paganini había asesinado. Corrían rumores falsos acerca de que el músico había estado en prisión durante ocho años, en los que se dedicó arduamente a mejorar su técnica violinista. Pero, el rumor más insólito estaba relacionado con el posible pacto que Paganini había hecho con el diablo, a quien le entregó su alma a cambio de su talento. Algunos críticos musicales incluso llegaron a afirmar que habían visto al mismísimo diablo sujetando el brazo del músico y guiando el arco de su violín en algunos de sus conciertos.




Quizá algunos rasgos de su personalidad y su aspecto físico extremadamente delgado otorgaban esa aura misteriosa alrededor de Paganini, quien además dejaba creer a la gente que realmente había pactado con el diablo. En esto contribuyó también su postura ante la Iglesia, con la que mantuvo siempre una fría y distante relación, al punto de negarse a recibir a un sacerdote para que le diera la extrema unción cuando se encontraba muy enfermo. 

Su salud se fue deteriorando a causa de una tuberculosis. En los años 1834 y 1840 padeció dos fuertes episodios de hemoptisis,  el segundo  precipitó su muerte. Durante el avance de la enfermedad, padeció afonía crónica los dos últimos años de su vida. Paganini además se medicaba con mercurio para tratar la sífilis que también padecía.

Una vez fallecido el gran virtuoso del violín que alucinó a toda Europa, su cadáver tuvo que permanecer embalsamado en una caja de madera guardada en un simple almacén, porque a causa de “su pacto con el diablo” no le fue permitida la santa sepultura en tierra consagrada.

 En  1853 fue enterrado en el cementerio de Gaione y después de cuatro años y un llamamiento al papa, la Iglesia permitió que su cuerpo fuera transportado a Génova, pero no fue sepultado hasta 1876 en el cementerio de la Villetta di Parma. Paganini fue finalmente enterrado en un nuevo cementerio en Parma en 1896.




Al poco tiempo de su muerte, surgieron las voces defensoras del gran violinista, reconociendo su extraordinario virtuosismo producto de una condición natural que nada tenía que ver con el demonio. Todo el enredo se resume en las palabras del pianista y compositor húngaro Franz Liszt, quien conoció personalmente a Paganini y de quien dijo que la gente “pretendía explicar su genio inexplicable mediante hechos más inexplicable todavía.

Para cerrar, los invito a disfrutar de la última parte del concierto para violín n.º 2 de Paganini.




Te puede interesar: El péndulo y el pecado







Bibliografía

N. Ares. La historia perdida. 2003

J. Sugden. Paganini. 1992.


Publicar un comentario

0 Comentarios