Yuri Knorozov/ Academia Alta Ciencia |
Cuenta la leyenda que durante la ocupación soviética de
Berlín, en 1945, un incógnito soldado del ejército rojo rescató de las llamas
de la biblioteca prusiana dos libros que cambiarían su vida para siempre. Se
trataba de “Un informe sobre los asuntos de Yucatán”, del clérigo Diego de
Landa en la traducción al francés de Brasseur de Bourbourg y “Los códices de los mayas”, en una
publicación guatemalteca de los hermanos Villacorta.
El joven soldado de la leyenda se llamaba Yuri
Valentinovich Knorozov, quien había nacido el
19 de noviembre de 1922, cerca de Jarkov, URSS (actualmente Ucrania) en seno de una familia
de intelectuales rusos.
Desde temprana edad Yuri demostró un carácter intrépido. En
el colegio intentaron expulsarlo por "mal comportamiento", bajo
rendimiento en algunas materias y, lo más importante, por su disposición
voluntariosa. La excentricidad de Yuri irritó a muchos incluso entonces.
A la edad de 17 años (1940) Knorozov, después de haber
dejado Ucrania, ingresó en la Universidad Estatal de Moscú en la Facultad de
Historia, donde se interesó por la historia de las antiguas civilizaciones de
Oriente, la etnografía y la lingüística. Especializado en el Departamento de
Etnografía, tenía un interés particular en las prácticas chamánicas.
Desmitificación de
los hechos
Knorozov no participó directamente en la toma de Berlín.
El propio Yuri Valentinovich señaló en su autobiografía que fue considerado no apto para el servicio militar por razones de salud y en septiembre de 1941
fue enviado a la región de Chernigov de Ucrania para construir estructuras
defensivas militares.
Después de la retirada de las tropas soviéticas de
Ucrania y el establecimiento del régimen de ocupación nazi allí, Knorozov, en
sus propias palabras, “vivió en el
pueblo. Región del sur de Kharkiv, pasando la mayor parte del tiempo
deambulando por las regiones de Kharkiv y Poltava, escondiéndose de las
movilizaciones y buscando comida para una anciana”.
Se sabe con certeza que Knorozov no participó en la
captura de Berlín; sin embargo, según la versión oficial, que surgió más tarde,
fue de Berlín que trajo dos libros extremadamente importantes como trofeo de
guerra, supuestamente salvados por él de las llamas en una biblioteca.
En los últimos años, cuando la máquina ideológica soviética fue destruida, Yuri
Valentinovich intentó deshacerse de las leyendas "estúpidas y absurdas", como él mismo dijo, y presentar
esos sucesos lejanos de una manera nueva: los libros estaban en las cajas de la
biblioteca alemana que se preparó para la evacuación y de allí fueron sacados
por los oficiales soviéticos.
Lo que es creado
por una mente puede ser resuelto por otra
En el otoño de 1945, regresó a la universidad para
estudiar en el departamento de etnografía, donde profundizó en Egiptología y
Sinología. Estaba especialmente interesado en los sistemas de escritura
antiguos, en particular, los jeroglíficos orientales, así como la literatura
medieval japonesa y árabe.
Un artículo del investigador alemán Paul Schellhas titulado "Descifrando las letras mayas: un
problema sin solución", llamó la atención de Knorozov y despertó en él el deseo incontenible de
enfrentar ese reto intelectual. Después de todo, Yuri se repetía a menudo que "Lo que es creado por una mente, puede ser resuelto por otra". Así
que el científico se puso manos a la obra.
Hasta ese entonces, nadie había logrado descifrar la escritura
maya jeroglífica, que durante 500 años se había mantenido silenciosa y ya era
considerada imposible de descifrar, pese a las perseverantes investigaciones de
expertos mayistas de todo el mundo.
Para asumir los estudios de la escritura maya, el joven
lingüista tuvo que enfrentar los obstáculos impuestos por el jefe del
departamento, el profesor S.P. Tolstov. Tanto es así que se negó incluso a
darle a Knorozov una recomendación formal para la escuela de posgrado.
Afortunadamente, en el Departamento de Etnografía, trabajó el profesor Tokarev,
quien estimuló y brindó todo el apoyo a Knorozov para que continuara con su
investigación, aunque nadie creía que lograría descifrar el código que todos
los científicos mayistas consideraban indescifrables.
Knorozov se instaló en el propio museo, en una habitación
tan larga como un estuche de lápices. La habitación estaba repleta de libros
desde el suelo hasta el techo, y en las paredes colgaban dibujos de
jeroglíficos mayas. Como muebles tenía solo un escritorio y una litera de
soldado.
Antes de comenzar a trabajar con los textos mayas,
Knorozov decidió abordar los problemas teóricos de descifrar escrituras
antiguas. Primero, definió claramente qué se considera exactamente el
desciframiento lingüístico (la transición a una lectura fonética precisa de los
jeroglíficos) y en qué se diferencia de la interpretación de signos aceptada en
ese momento en el mayanismo, que es solo un intento de asumir el significado o
la lectura de signos individuales. El descifrado en sí se efectuó sobre la base de tres manuscritos jeroglíficos mayas conservados: París, Madrid
y Dresde. Resultó que en los textos de los tres manuscritos hay 355 caracteres
independientes. Esto permitió a Knorozov definir el tipo de escritura como
fonética, morfémica-silábica. Es decir, cada signo maya se leía como una
sílaba. El complejo trabajo terminó con el principal: la lectura y traducción
de tres manuscritos mayas.
Knorozov publicó su primer artículo con resultados
preliminares ("Lengua de escritura
antigua de América Central") en 1952 a la edad de 30 años. Por la
traducción de la obra de Diego de Landa "Un
informe sobre los asuntos de Yucatán" y un comentario sobre ella
(publicado en 1955), Knorozov recibió su doctorado.
Reacciones en
occidente
El desciframiento de la escritura maya por un ruso que
nunca había visitado América causó una tormenta de odio por parte del director
de la escuela estadounidense de estudios mayas, Eric Thompson. Este, al
enterarse de los resultados del trabajo del joven científico soviético,
comprendió de inmediato "quién obtuvo la victoria", y la idea de
esto, en el contexto de la guerra fría, le resultó insoportable. En su mensaje
al mayista Michael Ko, lleno de sarcasmo maligno, llamó a sus colegas
estadounidenses "brujas volando con
notas salvajes a través del cielo de medianoche por órdenes de Yuri", y
argumentó que el desciframiento de Knorozov era insostenible. Thompson finalizó
su mensaje con las siguientes palabras: "Está
bien, Mike, vivirás hasta el año 2000 (…) y juzga más tarde si tenía razón...
" Michael Ko diría años
después: "Thompson estaba
equivocado. Knorozov resultó tener razón, y ahora todos los que estudiamos a
los mayas somos knorozovistas".
Reconocimientos,
América y el solitario adiós
En 1975, Knorozov recibió el Premio Estatal de la URSS
por su ingenioso descubrimiento. En 1990, el Presidente de Guatemala le otorgó
una Gran Medalla de Oro como muestra de
gratitud. En 1995, en la Embajada de México en Moscú, recibió la Orden de Plata
del Águila Astek; reconocimiento otorgado por el gobierno mexicano a ciudadanos
extranjeros que presten servicios excepcionales a México. Este premio fue de
particular importancia para Knorozov. Al
recibir el premio, dijo en español: "Mi
corazón siempre será mexicano".
Knorozov logró
visitar las tierras mayas por primera vez
por invitación del presidente de Guatemala en 1990. Luego hubo
invitaciones del gobierno mexicano, y del Instituto de Antropología e Historia
y el Parque Xcaret, que publicó sus obras seleccionadas, en México.
Yuri Valentinovich
Knorozov murió el 30 de marzo de 1999 de un accidente cerebrovascular y un
edema pulmonar posterior, solo, en el pasillo de uno de los hospitales de la
ciudad. Así, en vísperas de la llegada del tercer milenio, falleció un genio,
cuya contribución a la ciencia pertenece legítimamente a los mayores logros del
pasado siglo XX.
Te puede interesar: ¿Cuál es el origen del idioma Español o Castellano?
3 Comentarios
Otro excelente artículo a la altura (¡!) de Alta Ciencia. Por cierto, plantea una reflexión interesante los prejuicios en el seno de las comunidades científicas, que suelen pretenderse al margen de este pecado del entendimiento.
ResponderBorrarNadie es profeta en su tierra, la inteligencia es universal y de los genios.
ResponderBorrarExcepcional, la inquietud y decisión de este Joven Ruso. Un merecido reconocimiento.
ResponderBorrar