Los etruscos son una de las civilizaciones más antiguas que han ocupado el territorio que hoy se conoce como Italia. Siempre ha sido considerado un pueblo misterioso, sobre el cual se han tejido muchas fantasías respecto a sus orígenes y escritura. Sin embargo, estudiosos y arqueólogos han podido sacar a la luz algunos rasgos importantes de esta cultura arcaica y refinada.
La cultura etrusca tuvo influencias directas sobre la romana. De hecho, después de la conquista de Etruria por parte de Roma, hubo un proceso de asimilación. Pero muchos aspectos de esta civilización, como el idioma, aún nos resultan misteriosos.
Los orígenes
Desde la antigüedad se han formulado diversas hipótesis sobre los orígenes de este pueblo. Según Heródoto, historiador griego del siglo V a.C., eran originarios de Lidia, una región de Asia Menor (hoy Turquía). Para Dionisio de Halicarnaso, un historiador que vivió entre el 60 a. C. y el 7 a. C., eran nativos de la península itálica. En el siglo XIX surgió una nueva hipótesis: los etruscos habrían descendido de las regiones alpinas hacia el centro de Italia.
En el siglo XX se superó el problema de los orígenes gracias al arqueólogo Massimo Pallotino, según el cual preguntar por los orígenes equivale a hacer una pregunta falsa a la que es imposible dar una respuesta satisfactoria. De hecho, nunca hay un solo origen, sino que diferentes procesos conducen a la formación de un pueblo. Son diferentes aportes, étnicos y culturales, que con el tiempo dan vida a una nueva cultura.
Probablemente a finales del segundo milenio antes de Cristo. Hubo un encuentro entre personas presentes en la península itálica y hombres y mujeres de la cuenca oriental del Mediterráneo, portadores de una cultura más avanzada y conocimientos tecnológicos de vanguardia. A partir de este encuentro se iniciaron los procesos de formación que propiciaron el desarrollo de la civilización etrusca.
También se han incluido recientemente estudios
genéticos. Este proceso se comprenderá mejor a partir del ADN extraído de los
hallazgos óseos y del análisis de sangre de las poblaciones actuales. Por el
momento, estas investigaciones parecen indicar puntos de contacto entre las
personas que residen en la Toscana y la Turquía actual. Pero en el futuro es
posible que tengamos más confirmaciones.
El territorio
La Etruria propiamente dicha correspondía a la
zona comprendida entre los ríos Tíber y Arno (zona correspondiente a Lazio,
Umbría y Toscana). Luego hubo dos áreas de expansión igualmente importantes: la
Padana Etruria (coincidiendo con una gran parte del Valle del Po) y la Campania
Etruria.
Hay que recordar que los etruscos hasta las primeras décadas del siglo V a.C., eran una potencia marítima y ejercían el control sobre el comercio del mar Tirreno con los cartagineses como aliados y los griegos como adversarios.
Estructura política
Etruria nunca fue un estado unitario, las ciudades
individuales siempre mantuvieron una fuerte autonomía y no faltaron las
tensiones y luchas internas. En particular, entre las ciudades del mar y las
del interior.
Las principales ciudades fueron 12: Veio,
Cerveteri, Tarquinia, Vulci, Orvieto, Chiusi, Vetulonia, Volterra, Perugia,
Cortona, Arezzo, Fiesole.
Los representantes de las 12 ciudades, la llamada dodecápolis, se reunieron en una asamblea (Fanum Volutumnae) para elegir un solo magistrado en un intento de desarrollar una estrategia exterior común, pero a menudo sin éxito.
La conquista romana
El final de Etruria se debe principalmente al poder de Roma que en el 396 a. C. conquistó Veyes y en poco más de un siglo toda Etruria.
Tras cruentas batallas y con la toma de Orvieto (246 a. C.) seguida de una feroz represión, se puede decir que la parábola de la civilización etrusca ha terminado. A finales del siglo I a.C., los etruscos fueron de hecho absorbidos definitivamente por el Estado romano: obtuvieron la ciudadanía y abandonaron su lengua en favor del latín.
El misterio del lenguaje etrusco
En realidad, la escritura etrusca no es tan misteriosa: se trata de un alfabeto de tipo griego cuyas letras fueron reconocidas casi por completo a finales del siglo XVIII. La escritura iba de derecha a izquierda y no había división entre las palabras.
Así que no hay ningún misterio, simplemente si los
eruditos pueden leer las palabras, no conocen el significado porque es un
idioma muerto durante dos milenios. La dificultad radica precisamente en la
traducción.
El papel de la mujer
La mujer en la sociedad etrusca, a diferencia de la mujer griega y en parte también de la mujer romana, no solo se ocupaba de las actividades domésticas. Tenía un mayor peso social: participaba en banquetes con su esposo y también podía intervenir, aunque de manera indirecta, en eventos políticos.
Alimentación
En una tumba (Tomba Golini) se representa un banquete que nos hace comprender qué traían los ricos a la mesa: carne, caza, aves, fruta, pan, huevos y focaccia. Luego legumbres y también jamones y quesos. En las ciudades costeras, sin embargo, el alimento principal era el pescado.
Religión
Los etruscos tenían un profundo sentido religioso. En la base había una serie de preceptos revelados por el profeta Tagete que debían regular la relación entre los hombres y los dioses. Según los etruscos, el destino del hombre estaba en manos de los dioses. Los hombres no podían cambiarlo de ninguna manera, solo anticiparlo a través de la adivinación: por ejemplo, al observar los órganos internos de los animales o el vuelo de las aves, los sacerdotes podían predecir el futuro.
Necrópolis
La atención de los etruscos por el culto a los muertos está atestiguada por la necrópolis, "ciudad de los muertos", es decir, sus cementerios, que la arqueología desde el siglo XIX ha logrado sacar a la luz.
En la necrópolis hay tumbas de diferentes tipos, de hecho, cambian según la época en que fueron construidas y según el nivel social. Las tumbas más típicas son las de túmulo: salas circulares subterráneas coronadas por un montículo. En su interior se estructuraron con varias cámaras funerarias de simetrías proporcionales a la riqueza y notoriedad del difunto. Había muebles, jarrones, vajillas, armas, joyas y frescos con escenas de la vida cotidiana. Esto muestra que para los etruscos la otra vida no era más que la continuación de la vida terrenal. Otros tipos de tumbas son las de cassone y aedicule.
Las necrópolis más famosas son las de: Populonoia, Cerveteri, Tarquinia.
Particularmente la necrópolis de Crocefisso
del Tufo donde las tumbas son casi todas con una sola cámara, y las de Sovana y Norchia, donde las tumbas están
excavadas en macizos de toba y tienen una fachada más o menos monumental.
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