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¿QUÉ ES LA CONSCIENCIA? ¿EXISTE DESPUÉS DE LA VIDA?

 

Consciencia


Por alguna razón, desde muy joven siempre he forjado amistad con personas de avanzada edad. Su acumulación de experiencias me parece atractiva porque las dota de un carácter estoico que le permite actuar con sensatez ante situaciones en las que la gente joven es muy volátil y precipitada.

 Recuerdo  que en el año 2002, mi amigo Rogelio Suárez, de 78 años, quien había  sido masón y practicante de diversas actividades místicas y esotéricas,   me confesaba que a pesar de todo lo que había leído y experimentado acerca del mundo espiritual, él dudaba si realmente su consciencia podría permanecer una vez que le llegara la muerte. Ante mi interés por el tema, también me dijo que si el final lo alcanzaba primero a él y efectivamente comprobaba la supervivencia de su consciencia o alma, de alguna manera me lo haría saber. Muy pocos años después, Rogelio murió. Sin embargo, desde entonces nunca me mostró ninguna señal de su posible existencia en otro plano existencial.

 Debo confesar que resulta difícil tratar el tema de la consciencia desde un terreno objetivo debido a la carga emocional que de muchas maneras nos arropa cuando reflexionamos sobre él. Son numerosas las preguntas y muy escasas las respuestas que se ofrecen acerca de la consciencia desde los  muchos puntos de vistas, que van desde lo místico-religioso, lo filosófico y lo científico. Sin embargo, a pesar de las divergencias,  los disímiles puntos de vista logran coincidir  en  el hecho de reconocer a la consciencia como un tema sumamente complejo y de muy difícil explicación.

 Para  penetrar en el intrincado mundo de la consciencia vamos a hacer un breve recorrido por algunos estadios desde donde se ha observado este interesante tema.

 

La consciencia en el plano místico y religioso

  A los místicos  y religiosos les resulta más sencillo dar por sentado sus aseveraciones acerca de la naturaleza de la consciencia, dada la condición de aceptación por fe de lo expresado en sus textos sagrados.

En este terreno es imposible negar la preponderancia del pensamiento cristiano en la civilización occidental. Dentro de esta corriente religiosa existen varios grupos con posiciones encontradas acerca de la naturaleza de la consciencia después de la muerte física; sin embargo, se puede apreciar cierta coincidencia en el criterio de asumir a la conciencia como una habilidad otorgada por el creador a los seres humanos para poder discernir entre el bien y el mal. En este caso ellos se limitan a tratar  la conciencia moral, a la que algunos autores escriben sin la “s” intercalada entre la “n” y la “c” para distinguirla de la consciencia como experiencia subjetiva de uno mismo y del mundo circundante.

Para esta última concepción, la Sociedad Teosófica Hindú ofrece una explicación metafísica bastante compleja e interesante. Esta corriente mística postula que “no hay vida sin consciencia” y “no hay consciencia sin vida”. Todo puede separarse en “Yo” y “No Yo”, en “Ser” y “No Ser”. Nada hay que no corresponda a una u otra de ambas separaciones. Ser es vida y consciencia, No Ser es materia y forma. Sin embargo esta dualidad no supone dos cosas separadas, aisladas y sin enlace, sino que existe una permanente y continua interacción entre ellas, incesante vaivén de atracción y repulsión, en que alternativamente se identifican y repudian y en que se muestra el siempre cambiante universo. La relación entre consciencia y materia se experimenta a través de las “mónadas” o unidades de consciencia, fragmentos de vida divina, separada de ésta como entidad individual por una película de materia. Cada uno de estos fragmentos de consciencia divina ha de bajar a la materia para sujetar a todas las cosas a su dominio y ha de sumirse en la flaqueza para alzarse en potencia.


La consciencia en la filosofía hindú


Ellos postulan que no existe la consciencia unitaria, o consciencia de sí misma suspendida en el vacío, pues consciencia implica forzosamente algo de que sea consciente, y requiere por lo menos una dualidad. Consciencia y materia se influyen recíprocamente como partes inseparables de una unidad que se manifiesta como dualidad en el espacio-tiempo. Esto tiene como consecuencia que en toda entidad la materia vaya acompañada sin excepción de la consciencia. El gas, la piedra, el metal, tienen vida y consciencia. Así el oxígeno se percata de la presencia del hidrógeno a determinada temperatura y se precipita en combinación con él. Esto último es lo que los místicos hindúes denominan consciencia absoluta. Es el todo, lo eterno. La consciencia de todas las cosas existentes en el espacio-tiempo es la consciencia universal.

 

La filosofía materialista y la consciencia

La filosofía materialista  simplifica la explicación de la consciencia y la reduce a una propiedad de la materia altamente organizada producto del desarrollo evolutivo.

Dentro de este enfoque la consciencia es producto del reflejo del mundo exterior en el cerebro. El proceso de toma de consciencia del mundo y la actividad psíquica surgen y se desarrollan en el proceso de interacción real del hombre con el mundo a través de sus relaciones sociales y sirven para la realización y regulación de estas relaciones. Los objetos, sus propiedades y relaciones, al ser reflejadas en el cerebro, existen en él en forma de imágenes ideales. El cerebro no es el origen, sino el órgano de la consciencia; es decir, la parte del cuerpo humano en la que el objeto actúa sobre ella, se transforma y adquiere la forma ideal de su ser.  Lo ideal no es una substancia particular ni un acompañante secundario de los procesos materiales que transcurren en la corteza del cerebro, sino un producto de la actividad del cerebro, la imagen subjetiva del mundo objetivo.

Consciencia y filosofía materialista


Mientras que para la concepción metafísica hindú, la consciencia es una propiedad divina presente en toda la materia, para la filosofía materialista, la consciencia es propia de los organismos vivientes superiores, y tuvo lugar como consecuencia del desarrollo evolutivo del cerebro.

 

¿Qué dice la ciencia de la consciencia?

Desde el punto de vista científico, en la actualidad encontramos dos posiciones bien diferenciadas. Para la mayoría de los investigadores, desde el campo tradicional, la consciencia, incluyendo sus atributos más sorprendentes, es abordable en términos de la actividad global de grandes conjuntos de neuronas interactuantes a través de las sinapsis, y se asume que sus mecanismos neuronales son susceptibles de ser aclarados. Mientras que otros estudiosos del tema han llegado a la conclusión de que la consciencia es un proceso imposible de esclarecer.

 

Comunicación entre neuronas

Investigaciones sobre la consciencia basadas en la física cuántica

A principios de 1990, desde el enfoque de la cuántica, el físico teórico Roger Penrose y el anestesiólogo y psicólogo Stuart Hameroff,  propusieron la tesis de la Reducción Objetiva Orquestada (Orch-OR), la cual establece, a diferencia del enfoque científico tradicional, que la consciencia del cerebro se origina de procesos dentro de las neuronas y no de procesos entre neuronas. El mecanismo es un proceso cuántico llamado reducción objetiva, el cual es orquestado por estructuras moleculares llamadas micro-túbulos. Lo revolucionario de esta hipótesis es que propone que la reducción objetiva es influida por factores no computables en la geometría espacio-temporal, lo cual puede explicar el problema difícil de la consciencia.

 

Microtúbulos

La Reducción Objetiva  Orquestada propone lo siguiente:

  1. ·         Las experiencias de la consciencia serían un efecto de la gravedad cuántica en los micro-túbulos, que actúan como canales para la transferencia de la información responsable de la consciencia.
  2. ·         Cuando el corazón deja de latir, la sangre deja de fluir y los micro-túbulos pierden su estado cuántico, la información cuántica en los micro-túbulos no se destruye, no puede ser destruida, simplemente se distribuye y se disipa en el universo.

A pesar de las distintas críticas que ha tenido esta hipótesis, es indudable que su propuesta ofrece explicaciones científicas que años atrás, antes del desarrollo de la física cuántica, podrían ser consideradas de mística. Para la ciencia y la filosofía tradicional resulta impensable la supervivencia de la consciencia después de la muerte, sin embargo, desde las leyes cuánticas estos científicos infieren la transformación de la consciencia particular en datos cuánticos básicos que retornan al universo en forma de energía.

Sobre este tema no me atrevo a hacer ninguna especulación, pero estoy seguro que esta hipótesis, de encontrar algún tipo de verificación empírica, cambiará para siempre la visión del hombre sobre sí mismo y su papel en el mundo.

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2 Comentarios

  1. Aconsejo para los buscan la verdad en lo referido a este tema, que practiquen hacer psicofonias o evp y se llevan a llevar la sorpresa como me la lleve yo de comenzar a comunicarse con voces que inmeditamente te funcionan que estan fallecidos. Alguien puede explicar de donde provienen esas voces?

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  2. ¡Esa es una experiencia sorprendente! Sería recomendable realizar esas actividades con el apoyo profesional adecuado.

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